Aprovechando que el 27 de julio hubiera sido su 72 cumpleaños o que el Pisuerga no pasa por mi pueblo (cualquier motivo es bueno) me gustaría aconsejaros un libro para este verano y desde aquí compartir con vosotros todo el respeto y admiración que le tengo a Manuel Vázquez Montalbán.
No exagero si digo que es uno de los mejores escritores en lengua castellana del siglo XX. Escritor de novela, ensayo, articulista, gourmet apasionado, incansable viajero, su corazón le falló en Bangkok un dieciocho de octubre.
"Los mares del sur".
Siento absoluta debilidad por Pepe Carvalho. Este personaje salido de la pluma de Montalbán es un detective privado que malvive entre caso y caso. Su primera aparición es en el libro “ Yo maté a Kennedy” y aparece en veintitrés de sus libros.
Pepe Carvalho tiene una relación tormentosa con Charo, su novia. Charo es puta; puta feminista para más señas... ante la promiscuidad de Carvalho ella se enfada, aunque no ocurre al contrario ,el detective comprende y acepta el trabajo de su novia...
Pepe tiene un ayudante que es Biscuter y que en la serie que se hizo en la década de los ochenta, Ovidi Montllor bordaba.
Es Biscuter el que le da el contrapunto en sus monólogos cargados de una falsa moralidad.
"-Tres meses sin comernos un rosco. Ni un marido que busque a su mujer. Ni un padre que busque a su hija. Ni un cabrón que quiera la evidencia del adulterio de su mujer. ¿Es que ya no se fugan las mujeres de casa?¿Ni las muchachas? Sí Biscuter, más que nunca. Pero hoy a sus maridos y a sus padres les importa un huevo que se fuguen. Se han perdido los valores fundamentales. ¿No queríais la democracia?
-A mí me daba igual, jefe."
Ex agente de la policía, es odiado por buena parte de ellos, pero haber pertenecido a ese cuerpo le permite conocer y entrar en el submundo de la ciudad, donde conviven las pasiones más bajas.
Carvalho, de origen gallego, es de Barcelona y la describe en rasgos rápidos y ágiles. Cualquier calle, colmado, parque... conoce a todo tipo de gente que poco a poco le van adentrando en el caso que reclama su atención. Detalla a la perfección tanto lugares como personas, músicas, ambientes, olores... sociólogo de una época que a muchos queda lejos, pero que fue muy importante para la Historia actual.
Trabaja siempre, como no, por dinero.
Una de sus principales características es su profunda irreverencia. Su fuente de inspiración, la chimenea, que enciende tanto en invierno como en verano y que se nutre de su cada vez menos amplia biblioteca. Es incapaz de concentrarse si no es mirando las llamas, oyendo su crepitar.
"Encendió la chimenea con La filosofía y su sombra, de Eugenio Trías, calculando que debía dosificar un poco la lenta quema de su biblioteca. Le quedaban unos dos mil volúmenes: a libro diario tenía para seis años".
Image by yourdoku via Flickr
Desde que junta una cantidad mínima de dinero, va a la tienda más exquisita de ultramarinos y compra lo suficiente para hacer una cena memorable. Es capaz de saber si un simple pan y tomate está hecho con el grado suficiente de tomate, y si este tiene demasiada agua en su interior.
En cualquiera de sus novelas descubrirás la temperatura exacta con la que se ha de servir un buen vino o las bondades de un orujo helado.
En los mares del sur tiene que investigar la muerte a navajazos de Stuart Pedrell, hijo de muy buena familia, esposo de una bella mujer con una hija adicta a todo tipo de drogas, que debía estar de viaje en la Polinesia.
Una tela de araña entreteje a los personajes donde ni los buenos son tan buenos, ni lo malos son tan malos y donde el final, inesperado, siempre sorprende a todos. Hasta al mismo Carvalho.
